viernes, 6 de junio de 2014

OPINIÓN: Las licencias de FM en Canarias y el radicalísmo del Gobierno autonómico

El acoso y derribo del Gobierno de Canarias - en la figura de Martín Marrero - hacia determinadas emisoras de radio ya huele. Si ya en un primer lugar no parecía demasiado entendible la no adjudicación de licencia a Radio El Día, aún sabiendo que cumplía con todos los requisitos para tal fin, ahora les ha tocado el turno a Radio San Borondón y a Radio Murión, curiosamente emisoras no demasiado afines a Coalición Canaria.

No quiero pensar que el Gobierno de Paulino Rivero esté tomando represalias contra aquellas emisoras que no le "doran la píldora", pero da que pensar. 

Hace algunos días, técnicos de telecomunicaciones subieron al centro emisor de El Time, en La Palma, apagando y precintando los aparatos de Radio Murión, sin previo aviso y sin orden judicial oportuna. La respuesta del responsable de la emisora, César Gil, no se hizo esperar. No sólo expresó publicamente, a través de redes sociales, su malestar por esta situación, sino que además, tuvo las "agallas" de subir al centro emisor y retirar los precintos para seguir emitiendo.

Todo ocurre en unos días dónde el Concurso de concesión de licencia FM en Canarias vuelve a estar en el ojo del huracán. Y todo porque lo que está claro, por mucho que intente negarlo Martín Marrero, es que el concurso no ha sido justo. Por muchos factores.
  • En primer lugar, porque se impusieron unas condiciones para acceder a la licencia final, y desgraciadamente da la impresión de que dichas condiciones no han sido tomadas en cuenta. No se ha tomado en cuenta el número de personas trabajando, la capacidad para emplear personal, programación, estudios, años de emisión... Nada de eso.
  • La inversión a realizar es, cuanto menos, interesante.C ada proyecto tenía un coste de unos 3.000 euros por cada zona de emisión, es decir, que una emisora de radio que quisiera tener licencia en La Orotava, Santa Cruz, Tacoronte y la Isla Baja por ejemplo, tendría que desembolsar cerca de 12.000 euros sólo para presentarse, amén del aval bancario y sin certeza alguna de tener licencia finalmente, es decir, a fondo perdido.
  • Se comenta que los sobres se traspapelaron. No sé hasta qué punto es cierta esta rumorología, pero se habla de que aparecieron sobres destinados a licencias en la Isla de la Gomera en el lugar destinado a las correspondientes a la zona de El Tanque, por ejemplo. 
  • Tanto es el descontrol que, según publicaron medios locales, la Fiscalía Anticorrupción terminó poniendo cartas en el asunto con el fin de resolver esta situación, sin dar aún resolución alguna.
Sin embargo, el Gobierno sigue en sus trece y dice que el hecho de que la fiscalía esté por medio no le exhime de realizar estas inspecciones y de tomar medidas si lo considera oportuno. 

Según me comentaban, hace algunas semanas que técnicos de telecomunicaciones del Gobierno de Canarias se desplazaron hasta La Corona, en Icod del Alto (Los Realejos) para conocer las emisoras que emitían en el centro emisor de la zona y tomar medidas, en el caso de que lo consideraran oportuno. Por tanto, entiendo que les da exactamente igual lo que les digan, ellos piensan seguir coartando la libertad de expresión aún sin tener razón.

Desde el Parlamento Autonómico, y en concreto desde Nueva Canarias - en la figura de Román Rodríguez- han instado al Gobierno a dejar de hacer estas inspecciones y, por ende, a dejar de cerrar emisoras de radio cuál caudillo, a lo que Martín Marrero respondía que mientras Fiscalía no le obligue a hacerlo, ellos creen que están haciendo lo correcto.

El caso de Marrero en este asunto es como aquél del chiste que iba en dirección contraria por la autopista y creía que los locos eran el resto de vehículos que venían en dirección contraria. A él le sucede igual. Todos pensamos que está mal hecho, pensamos que se cometieron irregularidades y, si me apuran, pensamos que Martín Marrero debía haber dimitido o ser cesado. Pero esto es Canarias. Feudo de CC y se hace lo que ellos decreten, quiera el pueblo o no quiera.


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