El pequeño Liang Yaoyi tenía un tumor cerebral y le dijo a su madre poco antes de morir que hay "grandes personas en el mundo, que pueden hacer grandes cosas" y que, para ayudar y ser un "gran niño", quería donar sus órganos para poder ayudar a los demás y así "estar vivo de otra forma".
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La madre concedió el último deseo de su hijo firmando el permiso para la extracción de sus órganos tras fallecer.
Tras la operación los médicos que participaron en el tratamiento del pequeño y en la extirpación de los órganosle hicieron una reverencia al cadáver del niño, frente a su emocionada madre. Sucedió en junio de este año.
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